Si estás leyendo esta página porque tienes interés en saber acerca de las traducciones financieras o tienes algún documento importante que traducir, esta es la página que estabas buscando. Vamos a describir las dificultades que implican estas traducciones, así como señalar los errores más comunes. Te adelantamos nuestra conclusión: es muy recomendable que cuentes con un profesional experto para conseguir un resultado preciso y correcto, que evitará a tu empresa más de un quebradero de cabeza.
¿Qué es una traducción financiera?
Digamos que hay cuatro categorías de traducciones: literarias, comerciales, especializadas y juradas. Dentro de esta clasificación, la traducción financiera es una disciplina especializada en el campo de la economía y las finanzas. La traducción financiera tiene un vocabulario y conceptos particulares, lo que requiere conocimientos específicos.
Las traducciones financieras son cada vez más necesarias
La demanda de traducciones financieras va en aumento debido a la globalización. Además, esta demanda no se limita a las grandes multinacionales. En la actualidad es muy habitual que una pyme española venda sus productos en China, Sudáfrica o India. En estas circunstancias, será necesario redactar contratos que cada una de las partes pueda comprender correctamente en su idioma.
Las fusiones y adquisiciones también están incrementando la demanda de traducciones financieras. Por ejemplo, si una startup española está contemplando la posibilidad de adquirir una empresa competidora en Estados Unidos, para tomar la decisión correcta le resultará muy útil tener toda la información financiera traducida al español.
Estos dos ejemplos representan una mínima parte de la enorme demanda de traducciones financieras. Las comunicaciones institucionales o las declaraciones financieras, informes de auditoría, contratos, seguros o folletos para inversores son algunos de los muchos documentos que requieren una traducción especializada.
Los principales retos de las traducciones financieras
Las matemáticas son universales y, puesto que los documentos financieros se basan en números, traducirlos debería ser muy fácil, ¿no crees?
Pues no, todo lo contrario. La traducción financiera es prácticamente un arte en sí misma y requiere la experiencia de un profesional porque hay que superar muchas dificultades:
- La normativa financiera es diferente en cada país. En la Unión Europea, los legisladores han armonizado los reglamentos financieros y contables aplicando las normas denominadas NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera). Pero son las empresas grandes —y solo en muy contadas ocasiones las pymes— las que utilizan estas normas. Además, fuera de Europa rigen otros reglamentos como, por ejemplo, el sistema GAAP (las siglas de Generally Accepted Accounting Principles, es decir, Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados) de Estados Unidos. Cada reglamento tiene sus matices y un buen traductor debería conocer las diferencias.
- Dentro de un mismo idioma, un término financiero puede significar una cosa en un país y una cosa distinta en otro. En inglés, la palabra «stocks» puede referirse tanto al conjunto de mercancías en depósito o reserva como a las participaciones en el capital de una empresa, dependiendo del área geográfica donde se encuentre la persona.
- Puesto que la traducción concede cierta libertad de acción para utilizar una palabra o un sinónimo en el idioma de destino, resulta esencial que la terminología utilizada sea coherente. En caso contrario, el lector se confundiría al no poder reconocer conceptos entre un documento y otro. La mejor solución consiste en trabajar siempre con el mismo traductor o, si esto no fuese posible, disponer de una base de datos terminológica (Base de datos terminológica).
- Los reglamentos cambian continuamente y el traductor financiero debe mantenerse al día para poder elaborar siempre una traducción financiera correcta y precisa.
- Los documentos financieros son casi siempre altamente confidenciales. Esto no es un problema de traducción en sí mismo, pero conlleva que sea sumamente recomendable contratar a un traductor que respete las reglas de confidencialidad y actúe conforme a la ética profesional exigida por la empresa.
- Plazos de entrega. Cuando se pone en venta una empresa, suelen reunirse datos para crear lo que en el sector se conoce como 'data room'. Si el vendedor tiene prisa, un comprador extranjero puede necesitar la traducción de una gran cantidad de información en breve plazo. Cada documento deberá traducirse correctamente para evitar errores en la valoración de la compra. En tales circunstancias, es primordial contar con un servicio de traducciones eficiente. Lo mismo ocurre cuando las empresas tienen que publicar sus resultados financieros en fechas específicas. No pueden permitirse demoras causadas por la traducción ni tampoco interpretaciones erróneas.
Los errores más habituales en las traducciones financieras:
- Simplificar demasiado o interpretar incorrectamente un matiz sutil en el significado. En 2005, la traducción incorrecta de un artículo chino sobre la moneda nacional (el yuan) desató momentos de pánico en los mercados financieros y una caída en la cotización del dólar. En 2012, un matiz de significado mal traducido en un informe trimestral de la empresa japonesa Sharp ocasionó una caída del 10 % de su valor en el mercado bursátil y que tardara varios días en recuperarse.
- Errores en los números. En los países de habla inglesa, los decimales suelen separarse con un punto y los millares con una coma. En muchos otros países se aplica la regla contraria. Transcribir un número sin tener en cuenta esta diferencia podría provocar errores muy importantes.
- Ignorar los aspectos culturales. En Europa, un balance general comienza con los activos y pasivos a largo plazo y termina con los activos y pasivos a corto plazo. En cambio, en Estados Unidos, estos conceptos se presentan en el orden inverso. Incluso si los términos se traducen correctamente, al presentarlos sin cambiar el orden se genera un resultado extraño para los lectores.
Las características de una traducción financiera excelente:
- La realiza un especialista en finanzas que comprende los conceptos que está traduciendo. El sector financiero es tan extenso que a menudo los traductores se especializan en un sector o un tipo de documentación particular.
- Para asegurar que el resultado sea coherente, otro profesional puede examinar detenidamente la traducción, sobre todo los documentos más importantes. Por esta razón, resulta útil incluir una fase de revisión en el proceso.
- Un buen traductor es modesto. Si tiene una pregunta, consulta a sus compañeros. Una decisión tomada sin consultar podría ser correcta, pero también podría acarrear un error de traducción.
- Los mejores traductores tienen mucha experiencia, lo que aporta conocimientos especializados del lenguaje financiero.
- Para asegurar la coherencia entre diferentes documentos, un buen traductor financiero utiliza siempre los mismos términos para los mismos conceptos. El uso de una plataforma de traducción como LanguageWire facilita la conservación de la coherencia, a la vez que ayuda al traductor a trabajar con mayor eficiencia y mejorar la calidad de sus traducciones.
- Por último, un profesional de la traducción financiera debe actualizar sus conocimientos continuamente para mantenerse al tanto de los cambios en los reglamentos y de las innovaciones del sector.
En eso consiste la traducción financiera
Como sabes, al manejar números, los detalles importan. Una coma en el lugar equivocado o un cero de más lo cambia todo. Lo mismo ocurre con las traducciones financieras. Una diferencia sutil en el significado puede tener un impacto importante en los negocios. No te la juegues.
Ponte en contacto con nosotros para hablar con un experto en contenido global.